martes, 8 de septiembre de 2015

EVANGELIO...

Diálogo introductorio con Jesús
Mi Jesús, sabes que todos los vacíos de mi ser sólo pueden ser llenados por tu gracia y tu presencia. Hoy te doy gracias, porque sé que siempre estarás conmigo y me ayudarás a que todo me salga bien y harás que todas las dificultades y todos los problemas sean auténticos trampolines que me impulsen a la consecución de los objetivos que tengo en mi vida. Ven y conviértete en el escudo que no permita que los malos deseos, las palabras destructivas y las acciones de aquellos que no me quieren, me hagan daño y me hagan sufrir. Cuento con tu presencia que me protege siempre y que me brinda fortalezas para la realización de todos mis sueños. También cuento con el amor de la Santísima Virgen María, a quien nos dejaste como Madre cuidadora de toda la humanidad. Amén.
Evangelio del día: Jesús es el sol, María es la aurora que anuncia su amor
San Mateo 1,18-23 (XXIII martes tiempo ordinario): Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús
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Del Santo Evangelio según San Mateo 1,18-23
La concepción virginal y el nacimiento de Jesús: "Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros".". Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco
Viendo la historia de María, preguntémonos si dejamos que Dios camine con nosotros.
No se asusten de las cosas grandes, pero tengan también en cuenta las pequeñas, porque esto es divino. Y así es Dios, está en las cosas grandes, pero también en las pequeñas.
El Señor que camina con Dios es también el Señor de la paciencia. La paciencia de Dios. La paciencia que ha tenido con todas estas generaciones. Con todas estas personas que han vivido su historia de gracia y de pecado. Dios es paciente.Dios camina con nosotros, porque Él quiere que todos nosotros lleguemos a ser conformes a la imagen de su Hijo. Y desde el momento en que nos ha dado la libertad en la creación – no la independencia – hasta hoy sigue caminando.
Hoy estamos en la antecámara de esta historia: el nacimiento de la Virgen. Y pedimos en la oración que el Señor nos de unidad para caminar juntos y paz en el corazón...
Hoy podemos ver a la Virgen, pequeñita, santa, sin pecado, pura, elegida para convertirse en la Madre de Dios y también ver esa historia que está detrás, tan larga, de siglos, y preguntarnos: "¿Cómo camino yo en mi historia? ¿Dejo que Dios camine conmigo? ¿Dejo que Él camine conmigo o quiero caminar solo? ¿Dejo que Él me acaricie, me ayude, me perdone, me lleve adelante para llegar al encuentro con Jesucristo?". Este será el fin de nuestro camino: encontrarnos con el Señor.
Esta pregunta nos hará bien hoy: "¿Dejo que Dios tenga paciencia conmigo?". Y así, viendo esta historia grande y también esta pequeña localidad, podemos alabar al Señor y pedirle humildemente que nos de la paz, esa paz del corazón que sólo Él nos puede dar. Que sólo nos da cuando dejamos que Él camine con nosotros” (Homilía en Santa Marta, 08 de Septiembre de 2014)
Jesús es el sol, María es la aurora que preanuncia su salida. Anoche velamos encomendando a su intercesión nuestra oración por la paz en el mundo, especialmente en Siria y en todo Oriente Medio. La invocamos ahora como Reina de la Paz. ¡Reina de la Paz ruega por nosotros! ¡Reina de la Paz ruega por nosotros! (Homilía en Santa Marta, 08 de Septiembre de 2013)
Diálogo con Jesús
Amado Jesús, como María quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia. Soy también tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida. Acepto tus mandatos y tu voluntad en la mía. Dame la humildad para reconocerte siempre en la pequeñez de mis actos. Quiero permitir que Jesús nazca en mi corazón, que lo transforme y obre según su voluntad. Deseo adorarte, Señor mío, en Espíritu y verdad, adorar tu gran misterio de encarnación y de salvación. Tanto es tu amor que te hiciste como uno de nosotros. Debo responder a ese gran misterio con generosidad y sencillez, como lo hizo María, nuestra madre, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre. Amén
Propósito para hoy: 
Hoy, con un cariño muy especial, encomendaré a la Virgen mi vida y mis proyectos para que siempre sean agradables a Dios.
Reflexionemos juntos esta frase:
"Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir" (Papa Francisco)
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