San AgustinHoy la Iglesia universal festeja a este santo obispo y doctor, uno de los más eminentes Padres de la Iglesia Latina, descollando en todo Occidente por su autoridad teológica sobre todo en la doctrina de la gracia, y resplandece también como autor de la regla y preceptor de la vida comunitaria de nuestra Orden de Predicadores. Después del Concilio IV de Letrán (1215) que prohibía nuevas reglas,  Inocencio III recomendó a Santo Domingo que eligiera para sus frailes una regla antigua, que diese garantía a la nueva orden. “Inmediatamente -como atestigua Jordán de Sajonia, 1º sucesor de Santo Domingo- los que habían de ser frailes Predicadores, profesaron según la regla del preclaro predicador San Agustín, y se impusieron alguna observancia más estricta en alimentos, ayunos, descanso y hábitos de lana.”
El beato Humberto de Romans -4º sucesor de Santo Domingo- mostró más tarde que San Agustín había escrito la regla conforme a la vida de los apóstoles. Teniendo en cuenta que Domingo como canónigo ya hacía casi veinte años había profesado la regla de San Agustín, comprendió que esta vida apostólica elegida por San Agustín se adaptaba al propósito de los Predicadores. La obediencia según la regla apostólica de San Agustín y las constituciones de la Orden sintetizan aún para nuestro tiempo toda la profesión de la vida de los frailes predicadores. (cf. Liturgia de las Horas, Propio OP).
Además para los frailes de Argentina San Agustín es un especial intercesor ante Dios por ser el Patrono de la Provincia desde su fundación en 1724 con el nombre de Provincia de San Agustín de Buenos Aires, Tucumán y Paraguay.