Diálogo introductorio con Jesús
Jesús, Tú nos amas y quieres el bien de nosotros aunque no te ofrezcamos nada. Por eso, en este día, solo quiero ofrecerte mi corazón y decirte que te quiero amar con todas las fuerzas que pueda tener en él. Necesito de tu ayuda y quiero sentir tu poder en mí para estar dispuesto a vencer todas las situaciones difíciles que tengo. Hoy, clamo a Ti por tu ayuda misericordiosa y lo hago basado en la certeza de tu amor por mí, no lo hago pensando en que puedo darte a cambio, sé que nada de lo que hago o tengo es digno de Ti, pero sí quiero apoyarme en tu amor para pedirte ayuda. Te doy mi corazón, quiero vivir lleno de Ti para ser feliz. Amén.
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Evangelio del día: Hombres, mujeres y niños perseguidos. Mártires de hoy
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San Marcos 6,17-29 (XXI sábado tiempo ordinario): El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza a Juan. Después la trajo sobre una bandeja
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Del Santo Evangelio según San Marcos 6,17-29
El martirio de Juan el Bautista: En aquel tiempo, Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano". Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía, quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea. La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras y te lo daré". Y le aseguró bajo juramento: "Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino". Ella fue a preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?" "La cabeza de Juan el Bautista", respondió esta. La joven volvió rápidamente a donde estaba el rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre. Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultarlo." Palabra del Señor Reflexión del Papa Francisco Juan nunca traicionó su vocación, consciente que su deber era sólo proclamar la cercanía del Mesías, consciente de ser sólo la voz, porque la Palabra era Otro, termina su vida como el Señor, con el martirio. El hombre más grande nacido de mujer se hace pequeño, pequeño, pequeño, golpeado primero por la prueba de la oscuridad del alma – cuando duda que Jesús sea aquel a quien ha preparado el camino – y luego cuando llega para él el momento final, ordenado por un rey fascinado y desconcertado al mismo tiempo por Juan. [...] Ese rey desconcertado es capaz de tomar una decisión, pero no porque su corazón se haya convertido, sino porque el vino le ha dado coraje. Y así Juan termina su vida bajo la autoridad de un rey mediocre, borracho y corrupto, por el capricho de una bailarina y el odio vengativo de una adúltera. Así termina el Grande, el hombre más grande nacido de mujer Cuando leo este pasaje les confieso que me conmuevo y pienso siempre en dos cosas: 1.- En nuestros mártires, en los mártires de nuestros días, los hombres, las mujeres, los niños que son perseguidos, odiados, expulsados de sus hogares, torturados, masacrados. Y esto no es una cosa del pasado: esto sucede hoy. Nuestros mártires, que terminan sus vidas bajo la autoridad corrupta de gente que odia a Jesucristo. Nos hará bien pensar en nuestros mártires... ¡Pensemos en los de hoy! En los del 2015”. 2.- Nadie tiene la vida comprada. Por otra parte, este abajarse de Juan el Grande continuamente hasta la nada me hace pensar, que estamos en este camino y vamos hacia la tierra, donde todos acabaremos. Me hace pensar en mí mismo: También yo acabaré. Todos nosotros acabaremos. Nadie tiene la vida comprada. Nosotros también, queriendo o no queriendo, vamos por el camino de la anonadación existencial de la vida, y esto, al menos a mí, me hace rezar para que esta anonadación se parezca lo más posible a Jesucristo, a su anonadación. (Homilía en Santa Marta, 09 de febrero de 2015) Diálogo con Jesús Mi Dios, me siento enamorado de tu Palabra y de tus ejemplos de misericordia que nos dejaste. También a mí me gustaría aprender a proclamar tu amor y tu verdad aunque a muchos no les agrade. La valentía y la fe debe ser mi insignia de lucha como también lo fue para Juan el Bautista, que señaló tus caminos sin miedo y con gran verdad. Que pueda yo, aprender de su ejemplo, a imitarlo en esa coherencia de fe que no se doblega ante las amenazas o improperios. Ayúdame, con tu amor, a superar todos mis obstáculos en mi interior, que no me permiten anunciarte en todos mis ámbitos. Quiero también sentir que disminuyo a medida que te doy a conocer, porque sólo Tú debes brillar, sólo Tú eres grande, quien debe resaltar desde todos mis entrañas hasta donde me alcance la voz. Ven y silencia mi mente de las ataduras del mundo, de todo aquello que me separa de una vida de gozo junto a ti. Quiero ser testimonio de tu amor y que todas mis acciones estén llenas de Ti, de tu bondad. Que quien esté a mi lado, pueda reconocerte a Ti, reconocer tu rostro de compasión. Amén. Propósito para hoy: Dejar a un lado las preocupaciones inútiles, cosas que no puedo cambiar en este momento, para centrarme en dar solución a aquellas que sí puedo cambiar. Reflexionemos juntos esta frase: "Es necesario que los países desarrollados contribuyan a resolver esta deuda limitando el consumo de energía no renovable" (Papa Francisco) | |||||||
sábado, 29 de agosto de 2015
EVANGELIO....
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