Y él vino entonces.
No sé muy bien si estuvo fuera o sólo lo vi dentro.
Sé que estuvo
y oí su voz como se escucha el viento.
¿Cómo era?, decís. ¿Y yo qué sé?
No hay puntos de comparación.
No era un hombre, era más.
¿Era una fruta que al mismo tiempo es pájaro?
No, era más, era más.
¿Era un relámpago vestido de sumo sacerdote?
Era más, mucho más.
Era la suma de las sumas,
el mensajero de la multiplicación
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