sábado, 26 de noviembre de 2016

REFLEXCIÒN.

COME TU MISMO LA FRUTA.

 
En cierta ocasión se quejaba un discípulo a su Maestro:

“Siempre nos cuentas historias, pero nunca nos revelas su significado”.

El Maestro replicó:

“¿Te gustaría que alguien te ofreciera fruta y la masticara antes de dártela?”.

Nadie puede descubrir tu propio significado en tu lugar. Ni siquiera el Maestro.

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