jueves, 15 de septiembre de 2016

Arte feliz y bendita tú, José, a quien se le dio no sólo para ver y oír que Dios, a quien muchos reyes desearon ver y no vio, oír, y no se escucha; sino también para mantenerlo en tus brazos, abrazarlo, vestirlo, y para proteger y defender a Él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario