lunes, 20 de junio de 2016

REZO DEL ÁNGELUS
 
 
El Ángel del Señor anuncio a María;
Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María......
 
Aquí está la esclava del Señor;
Hágase en mi según tu palabra.
Dios te salve, María ......
 
Y el Hijo de Dios se hizo hombre;
Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María ......
 
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Dios te salve, María.....
 
Oración: Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, y con la intercesión de la Virgen María, a la gloria de la resurrección.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.  Amén.

miércoles, 15 de junio de 2016



VIRGEN MARÍA
 ANGELUS







 


La anunciación de W. A. Bouguereau]
La anunciación
de W. A. Bouguereau. 1888. 
Renaissance Café

El único nacimiento digno de Dios era el procedente de la Virgen; asimismo, la dignidad de la Virgen demandaba que quien naciere de ella no fuere otro que el mismo Dios. Por esto el Hacedor del hombre, al hacerse hombre, naciendo de la raza humana, tuvo que elegir, mejor dicho, que formar para sí, entre todas, una madre tal cual El sabía que había de serle conveniente y agradable
San Bernardo
Hom. sobre la Virgen Madre, 2

Por el hecho mismo de haber dado a luz al Redentor del género humano es también Madre benignísima de todos nosotros, a quienes Cristo Nuestro Señor quiso tener por hermanos (Rom 8, 29)
Pío XI
Enc. Lux veritatis

ANGELUS

V. El Ángel del Señor anunció a María,R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Avemaría.

V. He aquí la esclava del Señor.R. Hágase en mi según tu palabra.
Avemaría.

V. Y el Verbo se hizo carne.R. Y habitó entre nosotros.
Avemaría.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.


__________

REGINA COELI 

V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya.
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya.
R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Oración
Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.

R. Amén.




1. Se reza al mediodía durante todo el año, excepto en tiempo pascual que se sustituye por el Regina Coeli. 
2. Se reza en lugar del Angelus en el Tiempo Pascual desde la Vigila Pascual hasta el medio día del sábado de Pentecostés. 


domingo, 5 de junio de 2016

ÁNGELES:

      No es muy detallada la referencia de Juan de Ávila a los ángeles. De ellos habla, también en relación con los santos. Fueron fieles en el inicio de la creación (contrariamente a los ángeles malos), están en el cielo gozando de la visión de Dios y protegen a los viandantes en este mundo. "La suma bondad crió ángeles... en vida de gracia"; a los que fueron fieles, les dio "la vida de gloria" (Ser 45, 94ss).

      El contexto ascético o espiritual de este tema, es la lucha contra las tentaciones y la superación de las tribulaciones de esta vida. Así como acompañaron a Cristo y a María, así ahora nos acompañan y comunican "inspiraciones buenas" (Ser 62, 346). "Si queremos ser del bando de Dios, tendremos de nuestra parte muchedumbre de ángeles; uno de los cuales puede más que todos los poderes infernales. Y, lo que más es, ternemos al Señor de los ángeles" (AF cap. 10, 3183). El arcángel San Gabriel, que había anunciado el misterio de Cristo a la Santísima Virgen, sería también quien le anunciaría su Asunción al cielo (cfr. Ser 70, 1119ss). María es Reina de ángeles y santos; en su santidad y gloria "excede a los ángeles" (Ser 70, 400ss).

      Siguiendo la doctrina del Pseudo-Dionisio, explica la gradación de los ángeles, diciendo que "los ángeles mayores iluminan a los ángeles menores" (Juan I, lec. 3ª, 287ss; cfr. De Coelest. Hierarchia, c.3 y 7). El contexto de esta doctrina es el tema de Dios que se revela tal como es, como fuente de toda luz.

      Todos los ángeles bendicen a Dios en el cielo y se gozan de la visión beatífica. Conocen "la misma Verdad, claramente como Dios la conoce, aunque non con tanta fuerza como El"; aman "la misma Bondad que El ama" y gozan "de su misma esencia que El goza" (Ser 55, 69ss).


ANGELES:

"Enviados" y mensajeros de Dios


En algunas culturas y religiones se habla de "ángeles" y de "espíritus". En los contenidos de la Sagrada Escritura (Antiguo y Nuevo Testamento), el término "ángel" (enviado) corresponde a una realidad revelada y, por tanto, de fe. Todas las criaturas y, de modo especial, los seres humanos con "mensajeros" de Dios para cumplir una determinada misión. Pero existen "enviados" especiales para proteger la vida de los hombres. No son un poder paralelo al de Dios, sino que más bien dejan la trascendencia divina.

La naturaleza de los ángeles es "espiritual" y su oficio es el de ser "enviados" para colaborar en la historia de salvación. "En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad; son criaturas personales e inmortales (cfr. Lc 20,36)" (CEC 330; cfr. concilio IV de Letrán). Su perfección y poder deriva de su realidad espiritual y de la función encomendada por el Creador. De su número y clasificación sabemos poco. El nombre que se les atribuye indica la función que han desempeñado. "Querubines" indica el grupo de "centinela" en el Paraíso (cfr. Gen 3,24); los "serafines" indican que están junto al trono de Dios (cfr. Is 6,2). Se subraya la importancia de Miguel contra la insidias del demonio ("quién como Dios"), Gabriel en la anunciación ("Dios es fuerte") y Rafael acompañando a Tobías ("medicina de Dios"). A veces son más bien una personificación del obrar de Dios.

Un puesto en la historia de salvación
Se constata su existencia y su acción en toda la historia de salvación: en el Paraíso (cfr. Gen 3,24), en la vida de Abraham y de Lot (cfr. Gen 19-22), en el camino del pueblo por el desierto (cfr.Ex 23,20-23), en la vida de algunos profetas (cfr. 1Reg 19,5), en la narración de Tobías (Tob 12), en la anunciación y nacimiento del Bautista y de Jesús (cfr. Lc 1,11.26ss; 2,9-15; Mt 1,20), en la huida a Egipto (cfr. Mt 2,13.19), en el desierto (cfr. Mt 4,11), en Getsemaní (cfr. Lc 22,43), en el anuncio de la resurrección (cfr. Mc 16,5-7), en la ascensión (cfr. Hech 1,10-11). Los ángeles están subordinados a Cristo (cfr. Heb 1,5-12; Apoc 19,10).

Los ángeles en el mensaje de Jesús y en la Iglesia
El tema de los ángeles es frecuente en el mensaje de Jesús, cuando habla de los ángeles de los "pequeños" (cfr. Mt 18,10) o de los ángeles como testigos de nuestra fe en el cielo (Lc 12,8). Estarán presentes en el juicio final (cfr. Mt 13,41; 16,27; 25,31). En la glorificación, los justos serán "como los ángeles en el cielo" (Mt 22,30). "Desde la infancia (cfr. Mt 18,10) a la muerte (cfr. Lc 16,22), la vida humana está rodeada de su custodia... «Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida» (S. Basilio)" (CEC 336).

En la celebración litúrgica se pide su servicio, protección e intercesión. Con especial solemnidad se celebra la fiesta de los ángeles custodios y de los arcángeles o ángeles principales Miguel, Gabriel y Rafael. El caminar histórico de la Iglesia está protegido por los ángeles. El la Iglesia primitiva protegen a la comunidad y a los apóstoles en particular, especialmente en la tarea de la evangelización (Hech 18,19; 8,26-29; 27,23).

martes, 31 de mayo de 2016

Le deseamos todo una gran fiesta de la Visitación de la Virgen María!



Evangelio Lc 1, 39-56
María se puso
y viajó a la región montañosa de prisa
a un pueblo de Judá;
y entró en casa de Zacarías
y saludó a Isabel.
Cuando Isabel oyó el saludo de María,
saltó la criatura en su vientre,
e Isabel, llena del Espíritu Santo,
clamó a gran voz, y dijo
: "¡bendita tú entre las mujeres,
y bendito el fruto de tu seno.
y, ¿cómo sucede esto a mí,
que la madre de mi Señor venga a mí?
Porque en el momento en que el voz de tu saludo llegó a mis oídos,
el niño en mi seno saltó de alegría.
Bienaventurados los que cree
que lo que fue anunciado de parte del Señor
"se cumplirá.
Y María dijo:
"Proclama mi alma la grandeza del Señor;
mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde el día de hoy todas las generaciones me llamarán feliz:
el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí,
y su nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles de 
generación en generación. 
Él hace proezas con su brazo: 
dispersa a los soberbios de corazón. 
Derribó a los poderosos de sus tronos 
y exaltó a los humildes. 
Ha llenado a los hambrientos los bienes, 
ya los ricos los despide vacíos. 
se ha llegado a la ayuda de su siervo Israel 
porque ha acordándose de su misericordia, 
como lo había prometido a nuestros padres, 
a Abraham ya su descendencia para siempre. "
María se quedó con Isabel unos tres meses
y luego regresó a su casa.

jueves, 12 de mayo de 2016

En agosto de 2013 Obispos japoneses presentaron a la Congregación para las Causas de los Santos, un informe de 400 páginas que incluye todos los documentos necesarios para la beatificación de Takayama Ukon, un japonés del siglo XVI daimyo (es decir, un señor feudal) que eligió perder sus privilegios y la propiedad antes de renunciar a la fe católica que había adoptado cuando tenía 12 años de edad. En enero de este año, Francisco firmó el decreto de aprobación de su solicitud.
Takayama Ukon (o, si lo prefiere, Don Justo Takayama, el nombre que asumió cuando bautizados) nació para ser el heredero y señor del castillo de Sawa, en la provincia japonesa de Yamato. Su padre, Lord Tomoteru, era un hombre de una mente religiosa profunda, y había invitado a un jesuita, el padre Gaspare Di Lella, a su castillo para debatir las virtudes del budismo y el cristianismo. Era 1564, quince años después de los primeros barcos portugueses llegaron a Japón y, con ellos, algunos jesuitas de las misiones de San Francisco Javier. Impresionado por la predicación de los jesuitas, Señor Tomoteru y su familia se convirtió al catolicismo.
Justo y su padre, que fue bautizado como Darío, lucharon servir Señor Nobunaga, quien les concedió permiso para estar Kirishitan Daimyo , es decir, los señores feudales cristianos, con el derecho a practicar y difundir su fe si querían hacerlo. Muchos de los compañeros samurai y siervos de Justo se convirtieron al cristianismo.
Sin embargo, el sucesor de Nobunaga, Hideyoshi Totoyomi, el gran unificador de Japón, prohibido el cristianismo y exilió a los misioneros. Muchos Kirishitan Daimyo obedecía órdenes de Nobunaga y apostató, pero Takayama abandonado su título, la tierra y las posesiones en su lugar. Con 300 otros cristianos japoneses Takayama fue exiliado el 8 de noviembre de 1614, a las Filipinas, donde murió a los pocos días después de haber sido calurosamente recibida por los jesuitas españoles.



domingo, 8 de mayo de 2016

EVANGELIO DEL DIA 8 DE MAYO

domingo 08 Mayo 2016



Nuestra Señora de Luján

Leer el comentario del Evangelio por
San Cirilo de Alejandría : Cristo nos abre el camino

Hechos 1,1-11.
En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y enseñó Jesús, desde el comienzo,
hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado, por medio del Espíritu Santo, sus últimas instrucciones a los Apóstoles que había elegido.
Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios.
En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: "La promesa, les dijo, que yo les he anunciado.
Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días".
Los que estaban reunidos le preguntaron: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?".
El les respondió: "No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad.
Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra".
Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos.
Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco,
que les dijeron: "Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir".

Salmo 47(46),2-3.6-9.
Aplaudan, todos los pueblos,
aclamen al Señor con gritos de alegría;
porque el Señor, el Altísimo, es temible,
es el soberano de toda la tierra.

El Señor asciende entre aclamaciones,
asciende al sonido de trompetas.
Canten, canten a nuestro Dios, canten,
canten a nuestro Rey.

El Señor es el Rey de toda la tierra,
cántenle un hermoso himno.
El Señor reina sobre las naciones
el Señor se sienta en su trono sagrado.



Hebreos 9,24-28.10,19-23.
Cristo, en efecto, no entró en un Santuario erigido por manos humanas -simple figura del auténtico Santuario- sino en el cielo, para presentarse delante de Dios en favor nuestro.
Y no entró para ofrecerse así mismo muchas veces, como lo hace el Sumo Sacerdote que penetra cada año en el Santuario con una sangre que no es la suya.
Porque en ese caso, hubiera tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. En cambio, ahora él se ha manifestado una sola vez, en la consumación de los tiempos, para abolir el pecado por medio de su Sacrificio.
Y así como el destino de los hombres es morir una sola vez, después de lo cual viene el Juicio,
así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, aparecerá por segunda vez, ya no en relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan.
Por lo tanto, hermanos, tenemos plena seguridad de que podemos entrar en el Santuario por la sangre de Jesús,
siguiendo el camino nuevo y viviente que él nos abrió a través del velo del Templo, que es su carne.
También tenemos un Sumo Sacerdote insigne al frente de la casa de Dios.
Acerquémonos, entonces, con un corazón sincero y llenos de fe, purificados interiormente de toda mala conciencia y con el cuerpo lavado por el agua pura.
Mantengamos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque aquel que ha hecho la promesa es fiel.

Lucas 24,46-53.
Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día,
y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados.
Ustedes son testigos de todo esto."
Y yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto".
Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo.
Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.
Los discípulos, que se habían postrado delante de él, volvieron a Jerusalén con gran alegría,
y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Cirilo de Alejandría (380-444), obispo y doctor de la Iglesia
Comentario sobre el evangelio de Juan, 9; PG 74,182-183

Cristo nos abre el camino

“En la casa de mi Padre hay lugar para todos; de no ser así, ya os lo habría dicho; ahora voy a prepararos ese lugar.” (Jn 14,2)... El Señor sabía que muchas de sus moradas ya estaban preparadas y esperaban la llegada de los amigos de Dios. Por esto, da otro motivo a su partida: preparar el camino para nuestra ascensión hacia estos lugares del cielo, abriendo el camino, que antes era intransitable para nosotros. Porque el cielo estaba cerrado a los hombres y nunca ningún ser creado no había penetrado en este dominio santísimo de los ángeles.

Es Cristo quien inaugura para nosotros este sendero hacia las alturas. Ofreciéndose él mismo a Dios Padre como primicia de los que duermen el sueño de la muerte, permite a la carne mortal subir al cielo. El fue el primer hombre que penetra en las moradas celestiales. Los ángeles no conocían este misterio grandioso de la entronización celeste de una criatura. Veían con estupor y admiración esta ascensión de Cristo. Casi turbados por este espectáculo desconocido, exclamaron: “¿Quién es ese que viene de Edom?” (Is 63,1), es decir, de la tierra. Pero el Espíritu no permitió que se quedaran en la ignorancia... Mandó que se abrieran las puertas ante el Rey y Señor del universo: “Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, compuertas eternas, para que haga su entrada el rey de la gloria!” (Sal 23,7)

Así, pues, Nuestro Señor Jesucristo inaugura para nosotros “este camino nuevo y vivo”, como dice San Pablo: “...ha inaugurado para nosotros un camino nuevo y vivo a través del velo de su carne” (Heb 10,20) y “Cristo no entró en un santuario construido por hombres -que no pasa de ser simple imagen del verdadero-, sino en el cielo mismo, a fin de presentarse ahora ante Dios para interceder por nosotros.” (Heb 9,24)