viernes, 2 de diciembre de 2016


AMEN...



ESPERANZA...




viernes 02 Diciembre 2016

Santa Bibiana .




Santa Bibiana, mártir
En Roma, santa Bibiana, mártir, a quien el papa san Simplicio dedicó una basílica en el Esquilino.
Santa Bibiana «la de los trenes», probablemente esto es lo primero que se le ocurre a un romano al mencionar su nombre, porque la iglesia que se llama así queda como empotrada en las vías que están a punto de morir, unos metros más allá, en la Stazione Termini. Una iglesia barroca con su espléndida estatua de la Santa obra de Bernini. El escultor, cumpliendo el encargo del infatigable Urbano VIII, la representó con los atributos de su martirio: la columna de la flagelación, los azotes, la corona de mártir y una sonrisa angelical que asombra o desconcierta; es la felicidad en la muerte, o, mejor dicho, la felicidad entrevista por la fe más allá de la muerte.

Según cuenta la leyenda, el martirio ocurrió en tiempos de Juliano el Apóstata (360-363); el gobernador Aproniano, después de haber hecho asesinar a sus padres Flaviano y Dafrosa, seguro de poderse adueñar de su patrimonio, trató de obligar a la apostasía a las jóvenes hijas de los mártires. Encerradas en la cárcel, Demetria murió antes de la terrible prueba. Bibiana, impávida y resuelta, enfrentó al gobernador, que, para debilitar su resistencia la confió inútilmente a una alcahueta. Entonces ordenó que Bibiana fuera atada a una columna y flagelada. Llena de llagas por todo el cuerpo, finalmente la joven mártir entregó su alma a Dios. Echaron su cuerpo a los perros, pero un cristiano de nombre Juan, que la leyenda identifica con el tutor cristiano de Juliano (de antes de apostatar, naturalmente), que se asocia con san Pimenio (celebrado hoy mismo) lo rescató y le dio sepultura junto a la tumba de sus padres y de la hermana, cerca de su casa, en donde pronto construyeron una capilla y más tarde la actual basílica, sobre el monte Esquilino.


La leyenda proviene de narraciones no anteriores al siglo VII, pero Bibiana sí existió, y posiblemente también su hermana Demetria y su madre Dafrosa, cuyos restos se descubrieron en una excavación, junto a las reliquias de la santa, en dos vasos de vidrio. La Iglesia ha venerado desde hace siglos el recuerdo de esta mártir desconocida por la historia pero bien conocida por Dios. Al papa Simplicio se le atribuye la construcción de una basílica en honor de la bienaventurada mártir Bibiana, que de hecho existió desde el siglo V. Butler explica que se la venera como patrona de los enfermos mentales y epilépticos porque en la leyenda se decía que había sido encerrada con locos.






Oremos



Dios todopoderoso y eterno, que concediste a Santa Bibiana por la fe hasta derramar su sangre, hay que, ayudados por su intercesión, soportemos por tu amor nuestras dificultades y con valentía caminemos hacia ti que eres la fuente de toda vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

sábado, 26 de noviembre de 2016

REFLEXCIÒN.

COME TU MISMO LA FRUTA.

 
En cierta ocasión se quejaba un discípulo a su Maestro:

“Siempre nos cuentas historias, pero nunca nos revelas su significado”.

El Maestro replicó:

“¿Te gustaría que alguien te ofreciera fruta y la masticara antes de dártela?”.

Nadie puede descubrir tu propio significado en tu lugar. Ni siquiera el Maestro.

viernes, 25 de noviembre de 2016


Vida de Santa Catalina de Alejandría

Santa Catalina, mártir, que, según la tradición, fue una virgen de Alejandría dotada tanto de agudo ingenio y sabiduría como de fortaleza de ánimo. Su cuerpo se venera piadosamente en el célebre monasterio del monte Sinaí.
Nada sabemos con certeza histórica del lugar y fecha de su nacimiento. La historia nos tiene velado el nombre de sus padres. Los datos de su muerte, según la "passio", son tardíos y están pletóricos de elementos espureos. Por esto, algún historiador ha llegado a pensar que quizá esta santa nunca haya existido. Así, Catalina de Alejandría sería un personaje aleccionador salido de la literatura para ilustrar la vida de los cristianos y estimularles en su fidelidad a la fe. De todos modos es seguro que la fantasía ha rellenado los huecos en el curso del tiempo.
Se la presenta como una joven de extremada belleza y aún mayor inteligencia. Perteneciente a una familia noble. Residente en Alejandría. Versada en los conocimientos filosóficos de la época y buscadora incansable de la verdad. Movida por la fe cristiana, se bautiza. Su vida está enmarcada en el siglo IV, cuando Maximino Daia se ha hecho Augusto del Imperio de Oriente. Sí, le ha tocado compartir el tiempo con este "hombre semibárbaro, fiera salvaje del Danubio, que habían soltado en las cultas ciudades del Oriente", según lo describe el padre Urbel, o, con términos de Lactancio, "el mundo para él era un juguete". Recrimina al emperador su conducta y lo enmudece con sus rectos razonamientos. Enfrentada con los sabios del imperio, descubre sus sofismas e incluso se convierten después de la dialéctica bizantina. Aparece como vencedora en la palestra de la razón y vencida por la fuerza de las armas en el martirio de rueda con cuchillas que llegan a saltar hiriendo a sus propios verdugos y por la espada que corta su cabeza de un tajo.

  •  

jueves, 24 de noviembre de 2016

SANTORAL


Santa Flora de Córdoba

En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santas Flora y María, vírgenes y mártires, que en la persecución llevada a cabo por los musulmanes fueron encarceladas con san Eulogio y después muertas a espada.